Mientras en Costa Rica la forma de abordar el desempleo no varíe, resultará muy complicado atacar realmente dicha problemática, que se ha convertido en una situación coyuntural de nuestra economía, la cual nos deja incluso mal parados internacionalmente.
Y es que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), durante el primer cuatrimestre, este rubro representó en promedio el 4,92% entre sus miembros, pero en Costa Rica registró 8,5%, en otras palabras, prácticamente el doble.
Se trata del “Informe sobre Perspectivas de Empleo 2024”, el cual se presentó el 9 de julio durante una conferencia mundial donde se discutieron los avances en temas de empleo en el bloque y en el mundo.
Pero esa cruda realidad persiste a pesar de que el país viene reduciendo paulatinamente el desempleo desde que salió de la pandemia.
En el segundo trimestre de 2021, se reportaba 18%, mientras que tres años después la cifra se redujo más de la mitad.
Un factor que influye sin lugar a duda es la confianza que pueda tener el sector empresarial, pues sin ese factor resultará muy difícil que se puedan generar inversiones capaces de contrarrestar el desempleo que registra nuestro país.
En ese punto, vale la pena analizar lo arrojado por el Índice de Expectativas Empresariales (IEE) de la Universidad de Costa Rica. En términos generales, el empresariado costarricense sigue viendo el futuro cercano con esperanza, aunque con menos positivismo del que tuvo de cara al segundo trimestre.
Además, puntualmente sobre la expectativa de empleo, el 72,2 % de los empresarios consultados aseveró que no vendrán cambios en la cantidad de sus colaboradores. En cuanto a las firmas que planean contratar personal, estas sumaron el 19,2 % (2,5 puntos porcentuales, menos que en la encuesta de marzo que hizo la previsión para los meses de abril a junio), mientras que las que prevén despidos suman el 8,6 %, porcentaje casi igual al último análisis.
Pero analicemos qué falta, más allá de los datos puros y duros. A nuestro entender, es una cuestión de visión. Se requiere entrarle de lleno a carreras que realmente el mercado requiere. También hay que meter el acelerador a temas como la Educación Dual, a las nuevas tecnologías y, sobre todo, a generar confianza entre las empresas.
No se trata de más gasto social, sino de inversión, mejores carreteras, competitividad.
No es enseñar por enseñar, sino cambiar el enfoque en las universidades, reforzar la educación técnica.
Solo así Costa Rica podrá resolver un problema estructural como lo ha sido el desempleo, que por años no se ha movido, pero también cambiar su rostro a nivel internacional, y destacarnos como lo hemos hecho en otras áreas como salud y energía.